Por las empinadas callejuelas de Chulilla, el pueblo de los imponentes paisajes, el patronazgo de Santa Bárbara y las tapas de frutos secos variados gratuitas, intento ponerme en forma para el desafío de recorrer de la manera más económica posible las avenidas de Manhattan. Para alguien habituado a las medidas urbanísticas de Barcelona resulta complicadoSigue leyendo «De Chulilla a Nueva York»