Septiembre de 2013.
Estoy solo, cansado y pensativo en el metro de Nueva York. En la parada de la Avenida Elmhurst de la línea R, dos muchachos afroamericanos ponen música a todo volumen. A ritmo de Hip-Hop empiezan a bailar y a hacer malabarismos con sus gorras. Luego, tras lo que al parecer era un calentamiento, empiezan a hacer equilibrios y piruetas en la barras centrales del vagón. Los miro con asombro, lo hacen muy bien. Los otros viajeros deben pensar lo mismo pues sonríen y hacen comentarios mirándoles de reojo. Los muchachos se mueven enérgicamente y a pesar de su gran estatura consiguen realizar sus volatines y cabriolas sin molestar ni tan sólo rozar a los pasajeros. No parece que pidan dinero, simplemente bailan. Me olvido de mis obsesiones y me divierto mirándoles. En Queens Plaza se bajan, su juventud y su energía han hecho que me anime. Solo pero menos cansado y pensativo espero impaciente el momento de llegar a Manhattan.
Mayo de 2014
Estoy solo, cansado y pensativo en el metro de Barcelona. En la parada de Monumental de la línea 2 un anciano encorvado y apoyado en una muleta comienza a gritar palabras indescifrables. Tosiendo y expectorando, enrolla un mantón floreado con flecos a su muleta a modo de capote y comienza a citar a un toro imaginario que, también imaginariamente, le embiste. Lo miro con desazón, su actitud desconcierta y apena. Los demás viajeros deben pensar lo mismo pues apartan la vista o comentan con desdén mirándolo de reojo. Se mueve torpemente y con dificultad, pero sus medias verónicas molestan y rozan a los pasajeros. No parece que pida dinero. Simplemente torea. Me hundo en mis obsesiones y me entristezco mirándolo. Su demencia y su fracaso me abruman. En Sagrada Familia me bajo para hacer transbordo. Solo, más cansado y más pensativo, espero impaciente el momento de llegar a casa.
¡Anímate, David! Te aseguro que RENFE es mucho peor 😀
Ya me animo bastante cuando comentas mis entradas. No necesito comparaciones con la RENFE.
Gran post. Que país este…
Gracias Antonio. Pretendía también mostrar mi visión de las cosas según mi estado de ánimo. Pero tienes razón ¡Qué país este!