Yo nací en Cataluña y hablo el catalán de tal manera que haría palidecer al bueno de Don Pompeu Fabra, pero mi lengua materna es el castellano y en él centraré lo que quiero decir. Resulta muy práctico tener una lengua propia que es de las más habladas en el mundo pues ello conlleva ventajas como que haya gran cantidad de información en español en Internet, por ejemplo. Pero más allá de esto, lo que le pase al castellano en el futuro me trae sin cuidado ya que yo estaré fiambre. Además como ya sabemos por el programa ese de la medium Anne Germain, cuando te mueres, aprendes inglés instantáneamente que al parecer es la lengua vehícular de los espíritus.
Pero sí que me afecta la manera que es tratado el castellano en el presente ya que es síntoma de nuestra actual degradación como sociedad. El español morirá como murió el latín y como morirá el propio inglés, pero a veces pienso que al español lo estamos matando antes de tiempo. Y lo estamos matando por tres motivos:
- Nos avergonzamos del idioma. No sé por qué pero parece que no nos sentimos cómodos en nuestra piel lingüística. Por ejemplo: un oficinista de habla inglesa no siente ningún pudor en encender cada mañana su “contador” cuya “ferretería” funciona gracias al sistema operativo “Microblando” “Ventanas” con el que redactará documentos en su “Palabra” y quizás haga una presentación para su jefe en “Foco de atención”. Luego a la hora del cigarrito no reparará que el “listófono” con el que llamará a sus hijos sea un “iFono” de “Manzana”. No me imagino a ninguna empresa española poniendo nombres de frutas y verduras a su marca. Quizás por vergüenza hemos abandonado el Baloncesto por el “Basquet”, los “Mercadillos” por “Oulets”, las gangas por “low cost” o a los «balnearios» por “spa”.
- Somos perezosos. más que antaño. Por eso ya no nos importa inventar palabras para los nuevos avances tecnológicos por ejemplo, es más, hemos abandonado incluso las denominaciones que teníamos fuertemente arraigadas. Ni siquiera somos coherentes con los neologismos o extranjerismos, que siempre los ha habido, pero usados correctamente y no como ahora que decimos sin ruborizarnos que el teléfono que llevamos en el bolsillo es móvil, cuando debería decirse portátil, ya que móvil implica que se mueve por sí mismo. Tampoco nos sangran los oídos oír a Jesús Vázquez ofreciéndonos una “Smart TV” A mí sí me sangran cuando oigo a la maravillosa Carolina Denia hablar en su “blog” no bitácora, de “Gadtges” en vez de «chismes» o «cacharros».Igual de grave es la costumbre cada vez más extendida de traducir con el culo del inglés lo que cualquiera que haya estudiado este idioma, ni siquiera en el colegio, sabe que se les llama «Falsos amigos». Así oímos que una cosa «rara» es «bizarra» cuando «bizarra» en castellano es sinónimo de «valiente». ¿Y qué decir de esa estupidez que se ha vuelto crónica, de llamar al «software» o a los conectores electrónicos «propietarios» en vez de «privados» sólo porque en inglés un objeto propio es una «proprietary».
- Somos descuidados con la higiene. Somos un poco guarros y permitimos que el idioma adquiera palabras parásitas que lo hacen menguar cual solitaria. Un ejemplo paradigmático es la horrible palabra “glamour”. Vocablo malsonante donde los haya que es repetido “ad nauseam” en los medios de comunicación y que devora vocabulario cual tenia instalada en las tripas de la lengua, como por ejemplo:
En definitiva, el idioma es un indicativo de nuestra indolencia y nuestra falta de autoestima y eso es lo que realmente me afecta ya que el idioma como tal tiene salvación y se llama América.
Quizás algún día el castellano tenga la suerte del portugués que ha dejado de ser la lengua de Portugal para ser la lengua del Brasil. Puede que tal cosa no esté tan lejana, el español dejará de ser la lengua de España para ser la de gran parte de América tal como lo demuestran día a día comunicadores como el Gran José de Tecnofanático.com que redacta y graba su blog desde los Estados Unidos en español, pero que siempre habla de “celulares inteligentes”, y “dispositivos” (Eso sí, no me alegra la vista tanto como Carolina)
Por cierto, quiero que el posible lector de este “post” se haya percatado de que en todo momento he usado la primera persona del plural pues yo participo de esa misma indolencia y no pretendo dar lecciones a nadie.
Estupendo artículo. Enhorabuena.
Muchas gracias. No se merece.
Jijiji. A mí, por hacer esto mismo con algo más de mesura, me tratan de pedante. ¡Imagino que al no tener pasaporte del país, al personal le fastidia que les ande corrigiendo una como yo!
Y por cierto, lo de bizarro me ha hecho especial gracia, porque hace poco tuve ese «tema de conversación». Y aquí va el Bonus Track – http://larutadelmal.blogspot.com.es/2009/01/spanish-bizarro-recopilacin-psicotrnica_11.html – porque en ese caso la responsabilidad de la mala interpretación del término no es nuestra. Eso sí, oír al Príncipe Gitano cantar _In da Ghetto_, o a los Calatrava con _Je t’aime_ o _Space Oddity_, no tiene precio!! 😀