Escribo esta primera página de mi aventura americana desde el McAuto que hay en frente de mi hotel. La alegría que me ha dado el encontrarlo después de vagar perdido, de noche, sin teléfono ni guía, me ha motivado a celebrarlo con un opiparo Big Mac que me sabe a gloria.
Menudo día. Me registran en Barajas desvaratando mi equipaje y resbuscando hasta en mis caries. Luego en el JFK me retienen en inmigración porque dicen que hay un problema con mi nombre ¡Claro Torres López es de lo más común entre yihadistas! Y entre ello un viaje eterno con un frío que me moría. Menos mal que al menos me entretuve viendo «The big bang theory» y dí buena cuenta de la merienda pantagruélica que nos sirvieron.
Pero ha merecido la pena. Nueva York al fin. Tras instalarme en mi hotel donde todo el mundo habla español, recorro Queens bulevar hasta encontrar una parada de metro. Tengo una humillante experiencia con la máquina que vende la Metrocard pero acabo comprándola. Pillo el primer tren que llega. Compruebo con alegría que me lleva hasta Time Square.
Allí me apeo. No acabó de identificarla con ninguna de las imágenes que tenía de ella. Además está en obras. Empiezo a ponerme nervioso cuando de repente aparece ante mí el edificio Crysler. Creo que se me corta la respiración, no es la tétrica mole de las películas, más bien parece una brillante espada que corta el cielo de Manhattan.
Me dirijo hacia él como hipnotizado, cuando por el rabillo de mis prótesis oculares lo veo. El Empire State. El edificio Crysler es más bonito, pero lo primero es lo primero, y mi hipnotización me conduce hasta el mito. Yo he venido a verlo a él y todo lo demás es propina. Parece que está aquí al lado pero tengo que caminar tanto que empiezo a flaquear, no obstante, me quedan fuerzas para dar vueltas por Midtown con la boca abierta por la impresión que me causa todo cuanto veo. Me imagino a mi mismo como un Paco Martínez Soria embobado al que sólo le falta la cesta con gallinas.
Lo demás es historia, tomó el metro hacia el hotel, me equivoco y ¡hala! a vagar a ciegas y exhausto por Queens. Pero me da igual, pese a todo, hoy es uno de los días más bien felices de mi vida.
Feliz por ti… Que lo desfrutes mucho, que finalmente te pierdas para siempre en NY, y que secretamente nos invites a los amigos a buscarte… más de uno igual también se pierde y no encuentra el camino de vuelta, jejejejej….
David, bajando la 5th desde el Empire está el Flatiron Bld. Por Dios, no te lo pierdas y baja caminando hasta el Down Town. Es un paseo precioso, lleno de librerías, bares, cake’s shops… Párate a descansar en Union Square Park, quizás veas a Sarah Jessica Parker, que es muy de parques. 😉
Te envidio verdemente!!