Domingo 8 de septiembre.
Mañana parto para Nueva York. Estoy aterrorizado. Ya no soy el aventurero solitario que gastaba bromas a las mujeres en Roma o que caminaba con gastroenteritis perdido por El Cairo. Esos tiempos pasaron. Ahora soy un cuarentón desempleado y tengo miedo.
Yo no había viajado mucho. Gracias a mi hermano empecé a hacerlo, pese a mis miedos y complejos. Gracias a él me convertí en un intrépido trotamundos. Y hoy, tantos años después vuelve a ser él, el que me ayuda a salir de la madriguera en la que estoy escondido.
Me encuentro mal. Tengo dolores de cabeza, musculares,síntomas de resfriado, malestar general. Además por mi afán de no dejar comida en casa para no atraer insectos, me he comido todo lo que en ella había comestible y estoy que exploto.
He repasado hasta la nausea la maleta. ¡Qué tiempos aquellos cuando era capaz de irme de viaje con tan sólo lo que cupiera en mi pequeña mochila! Leo y releo una y otra vez la reserva de Iberia y del encantador Hotel Pan American situado en el 79 de Queens Bulevar. He impreso copia de la ESTA, que es el permiso para viajar a los USA, por si me ponen alguna pega en la aduana. También he comprobado hasta gastar las prótesis de mis ojos cada fecha, cada estría, cada manchita de mi pasaporte.
Repaso mi inglés. Estoy confuso. Se me ha olvidado todo. ¿Qué debo decir? I have a reservation? o I have booked a room? ¿Qué decían en Hotel Fawlty? ¿Y cómo se pronuncia WI-FI? «Güaifi» «Güifai» o «Güai-fai». ¡Mierda! no lo sé! No voy a poder pedir la contraseña si no sé pronunciar «WI-FI». Como cuando estuve en Londres y no pude comer patatas fritas por no pronunciar correctamente «chips» ¡Todos los Mcmenus los pedí con ensalada! ¡Y la cara que ponía la recepcionista del hotel cuando intentaba comunicarme con ella! Nunca he vuelto a ver en nadie más, sus muecas de confusión y perplejidad.
Son tantos los miedos y tantos los desafíos que tengo intención de redactar un diario de viaje porque creo que la ocasión lo merece. Ya escribí uno sobre mi viaje a Egipto. Pero lo perdí cuando el disco duro externo donde lo guardaba, sufrió un cortocircuito por culpa de la saliva con la que mi perro lo impregnó al intentar comérselo. Hoy en día tengo un blog , espacios de almacenamientos de esos llamados «en la nube» y mi perro está con mi ex por lo que espero, que este diario que hoy empiezo, corra mejor suerte.
Te encantará NYC, David!!! Disfrútalo porque es un escenario único, y lo de escenario no es una metáfora.
Bss
JOJOJOJOJO
¡Buen viaje, Mr. Histeria!
Bueno, bueno, bueno…. A cruzar el charco y mirar más allá, el nuevo mundo por descobrir… Te deseo felicidades!!!!!