Temo a los griegos incluso cuando hacen regalos (3)

Zanahoria_0

Tarde de abril. Estoy mirando vídeos  y merendando zanahorias, ¡hay que cuidarse! Suena el teléfono. Descuelgo y contesto. Desde que me puse el puente de circonio mis muelas no casan demasiado bien y hay cosas que tengo que masticar con más empeño. Las zanahorias son una de ellas. ¿Por qué me llamarán cuando tengo la boca llena de merienda?

– Diga. – Algunos fragmentos de zanahoria escapan de mi boca.

– ¿Es usted David Torres? – Pregunta una mujer con una voz joven y hermosa.

– Yo mismo. – Recuerdo que no debo decir sí cuando recibo llamadas comerciales. Más fragmentos de zanahoria vuelan por ahí.

– Verá le llamo de Orange para agradecerle su fidelidad a la compañía y por ser tan buen cliente queremos premiarle.

– ¡Ya estamos!, pienso para mis adentros mientras trago gran parte de la zanahoria que queda en mi boca.

– ¿Dígame? – Ya sé la respuesta pero dejo que hable, y es que desde que tomo el Valproato sódico, estoy de un amable…

– Verá David. – ¡Qué manía de tutearme! Pienso mientras doy un nuevo bocado a la hortaliza.- Le ofrecemos un descuento del…- No presto atención a la cantidad porque mi cerebro está ocupado en lamentar el haber mordido de nuevo la zanahoria.- Lo único que le pedimos es que permanezca con nosotros un año.

– Esto ya lo he vivido. Permanezco en silencio. La zanahoria triturándose resuena. Trago y contesto:

Verá. Le agradezco su ofrecimiento y me siento halagado de que me consideren un cliente de rechupete. – La operadora lanza una risita.- Pero no puedo aceptar el regalo. –  Sé que es inútil intentar que la conversación acabe en ese momento, pero yo lo intento pues desde que tomo el Valproato sódico, estoy de un amable…

– ¿Puede decirme por qué no puede aceptar el regalo?

– Intento tragar toda la zanahoria antes de contestar pero un fragmento se me va por el otro lado y me hace toser. Zanahoria por todo el escritorio. Trato rápidamente de limpiar la mesa y deshacerme de los restos de apiácea de mi boca. Cuando considero aceptable el resultado inicio mi argumentación:

Es que estoy en el paro. Y no quiero adquirir nada que me suponga la atadura de un contrato de permanencia.

– Pero David así pagará menos, casi 7 euros menos al mes y precisamente por estar buscando trabajo es imprescindible tener conexión a Internet a buen precio. Además un año pasa volando. (sic)

– Ya sé que un año pasa volando pero es un año vertiginoso, lleno de incertidumbre y altibajos. ¡La cosa está muy mal! – Me ha dicho que un año pasa volando. ¡Lo que me faltaba! ahondar en mi crisis de los cuarenta. ¡Tócate las narices!. Hace tiempo hubiese estallado pero desde que tomo el Valproato sódico, estoy de un amable…- Lo siento pero no puedo aceptar su ofrecimiento. Si lo que quieren es premiarme, pongan mi foto como cliente del mes en su sede.

– Es una pena, David, que no quiera aprovechar este descuento.

– Lo sé, le respondo plañidero, pero… más penoso es no tener trabajo.- Pongo la más lastimosa de mis voces. Los restos de zanahoria de mi boca contribuyen a dar pena, dificultando mi pronunciación.

– Sí claro, la situación económica es difícil, pero…

– Soy un parado de 44 años.- Sollozo.- Nadie me da trabajo. ¿Qué futuro me espera? ¿Y a mi ancianos padres, que dependen de mí?.- Lloriqueo mientras miento.- Sí hoy puedo pagar mi conexión a internet, pero, ¿y mañana? No, no puedo arriesgarme a una penalización. Seguiré pagándoles, no teman, necesito mi ADSL y no puedo cambiar de compañía, porque conlleva también un contrato de permanencia.- Snif.- Sorbo por la nariz a modo de llanto contenido.

– Vaya David no sabía que su situación era tan desesperada.

– No se lo imagina. Además que lástima sentiría si tuviera que dejar de pagar sus servicios. Son ustedes tan… tan eficientes, tan amables. Pero no puedo arriesgarme a una penalización por incumplir con mi contrato de permanencia. Ya tengo bastante con la permanencia de mi teléfono móvil. ¡En qué hora lo suscribí! Menos mal que ya queda poco.

– ¿Con quién tiene usted el móvil David?

– Con Vodafone. Snif.

– Verá, le podemos ofrecer un…- ¡Es inaudito! Le estoy diciendo que no quiero contrato de permanencia y quiere ofrecerme una tarifa con teléfono móvil que me haría incumplir el que tengo con Vodafone. Le interrumpo con dulzura ya desde que tomo el Valproato sódico, estoy de un amable…- No puedo, aceptar ninguna tarifa de ustedes pues me penalizarían en Vodafone.

– Pero usted ha dicho que le queda poco.

– Me doy cuenta de que he metido la pata y corrijo- Me quedan 10 meses. Snif. Cuando estás en el paro pierdes la noción del tiempo. ¡Qué más quisiera yo que tener el móvil con ustedes, tan eficientes y tan amables y no con Vodafone que son la mar de antipáticos, pero no puedo. ¡Maldita permanencia!.

– Bueno David, que se le va a hacer. En otra ocasión.- La chica parece algo conmovida por mi sollozante perorata. Le deseo mucha suerte y recuerde que nuestro número de atención al cliente es el 900… ¡Qué pase una buena tarde!

– Adiós, adiós, snif.

Tras comprobar que no queda zanahoria reflexiono un momento y asumo que dentro de unos días recibiré un e-mail donde se me felicitará por la adquisición de un pack descuento por ser un cliente tan chupi y que tendré una nueva batalla telefónica para que me lo anulen. Pero no me preocupo. Ahora mi prioridad es comer más zanahoria. Y es que desde que tomo el Valproato sódico, estoy de un amable…

Entradas relacionadas.

Temo a los griegos incluso cuando hacen regalos.

Temo a los griegos incluso cuando hacen regalos (2).

La avaricia rompe el saco.

Test de capacitación.

Aquí vale todo. Técnicas de marketing.

Publicado por David

La cosa esta muy mal

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: