Veamos si puedo aplicar las enseñanzas de Sun Tzu consignadas en el Arte de la Guerra al mundo laboral empresarial, tal como dicen el prólogo de mi ejemplar de esta obra milenaria.
Capítulo 1. Criterios estratégicos.
El camino. Significa inducir al pueblo a que tenga el mismo objetivo que sus dirigentes para que puedan compartir la vida y la muerte sin temor al peligro.
¡Qué difícil es esto hoy en día con el desprestigio generalizado de la clase política y empresarial! Resulta crucial informarse muy bien sobre todo lo relacionado con la empresa que ofrece el trabajo y conocer su filosofía de trabajo.
El clima. Significa las estaciones del año.
Cuidar la apariencia es fundamental. No sólo por razones climáticas sino también como señal de que puedes formar parte del grupo de trabajo al que optas. Si es posible resulta conveniente visitar la empresa o sus alrededores para ver que estilo de ropa llevan sus empleados. Llevar el mismo estilo durante la entrevista da el mensaje implícito de que: “soy de los vuestros”
El terreno. Significa ser valorados en términos de distancia, facilidad o dificultad de desplazamiento, dimensiones y seguridad.
El entrevistador marca las reglas pero no está demás mostrarse firme con un firme apretón de manos, una discreta sonrisa y un punzante cruce de miradas. Adoptar una postura cordial y sentarse frente al entrevistador sin cruzar lo brazos, las piernas o cualquier otra postura que indique protección o falta de confianza.
La autoridad. Es una cuestión de inteligencia, honradez, humanidad, valor y severidad.
Cómo se nota que Sun Tzu no vivió en la España actual. No obstante hay que evitar hablar mal de los anteriores empleadores. En tiempos de crisis es muy fácil echar las culpas de nuestro despido a esta.
Disciplina. Quiere decir organización. cadena de mando y logística.
Ser puntual y llevar dos copias del currículo y los datos bancarios o de cualquier otra índole que nos hayan solicitado.
Capítulo 2. En medio de la batalla. (En medio de la entrevista)
Cuando estés en medio de la batalla, incluso aunque estés ganando, continuar mucho tiempo en ella desanimará a tus tropas y embotará tu espada (…) Si mantienes a tu ejercito durante mucho tiempo en campaña, tus suministros serán insuficientes.
Es decir, ser conciso y no irse por las ramas dándole la paliza al entrevistador.
Así pues, lo importante en una operación militar es la victoria y no la permanencia. La persistencia no es beneficiosa. Un ejercito es como el fuego: si no lo apagas, se consumirá por sí mismo.
En definitiva, no enrollarse.
Capítulo 3. Planificación del asedio. (Planificación de la entrevista)
(…) existen cinco maneras de conocer al futuro vencedor.
Ganan los que saben cuándo luchar y cuando no.
En estos tiempos es muy difícil rechazar una entrevista de trabajo. Pero hay que discernir si se trata de una oferta honesta o no. A veces una simple consulta a Google nos dará una idea si se trata de una oportunidad real de trabajo o alguna artimaña comercial. Cuando esto ocurre es típico que ya existan advertencias en foros de internet.
Los que saben discernir cuándo utilizar muchas o pocas tropas.
Hay que estar preparado para una entrevista colectiva. Sobre este punto lo mejor es ser natural y no pretender destacar con excentricidades.
Los que tienen tropas cuyos rangos superiores o inferiores tienen el mismo propósito.
Esto significa que por encima del valor del individuo está el propósito del éxito de la organización mediante la colaboración y el trabajo en equipo.
Los que se enfrentan con preparativos a enemigos desprevenidos.
Hay que consultar la documentación enviada por el entrevistador si la hay. Buscar su web para comprender lo que venden o fabrican, y echar un ojo si están disponibles los perfiles del entrevistador en LinkedIn o en Facebook. También conviene buscar opiniones sobre la empresa en foros de ex empleados o de temática laboral en general
Los que tienen generales competentes y no están limitados por su gobiernos.
Enfrentarse con decisión al entrevistador siendo consciente de nuestra situación económica. Esta nos dará el matiz necesario para controlar tu actuación durante la entrevista. Es casi más un tema de intuición que de conocimiento.
Capítulo 4. El orden de batalla.
Los guerreros expertos pueden ser invencibles, pero no pueden hacer que sus enemigos sean vulnerables. La invencibilidad está en uno mismo. La vulnerabilidad en el adversario.
Por muy seguros que estemos de nosotros y de lo numerosos que sean nuestros recursos nunca bajar la guardia ante el entrevistador. Este puede actuar como un verdadero enemigo. ¡Cuidado!
No se requiere mucha fuerza para levantar un cabello, no es necesario tener una vista aguda para ver el sol y la luna, ni se necesita tener mucho oído para escuchar el trueno.
Lo que todo el mundo conoce o hace no nos dará valor añadido frente a nuestros competidores. Intentar destacar aquello que nos diferencia por modesto que sea.
Capítulo 5. La fuerza.
Cuando se entabla una batalla de manera directa, la victoria se gana por sorpresa.
Es un poco temerario intentar abrumar al entrevistador. Pero hay que tener o por lo menos mostrar confianza en uno mismo.
Capítulo 6. Vacío y lleno.
Los que llegan primero al campo de batalla y esperan al adversario están en posición descansada; los que llegan los últimos al campo de batalla y entablan la lucha quedan agotados.
Ser puntuales. Ir adecuadamente preparados y no dejar ningún detalle previo que pueda dar una pobre primera impresión sobre nosotros.
Capítulo 7. La lucha armada. (Esperemos no llegar a esto)
Estas son las leyes de las operaciones militares.
Utiliza el orden para enfrentarte al desorden, utiliza la calma para enfrentarte con los que se agitan, esto es dominar el corazón.
Este es un consejo especialmente útil para los que son proclives al pesimismo y a la cháchara nerviosa.
Evita la confrontación contra formaciones bien ordenadas (…) o que estén de espaldas a una gran montaña.
Tratar que no haya ningún roce o falta de sintonía entre el entrevistador y nosotros. Si veo que su personalidad nos supera, le seguiremos la corriente pero sin mostrar sumisión.
No persigas enemigos cuando finjan una retirada.
Si el entrevistador nos presta más atención de la que esperábamos aprovecharlo para destacar nuestras virtudes sin arrogancia y nuestros defectos sin autocompasión.
No consumas comidas de tus soldados.
Mejor ir ya comido.
No presiones a un enemigo desesperado, déjale una salida si está rodeado y no le impidas huir a su país.
Estaremos atentos al menor gesto del entrevistador que denote hastío, aburrimiento o desconfianza y mediremos las palabras para devolverle la iniciativa.
Capítulo 8. Las variables.
Existen cinco rasgos que son peligrosos en un general. Los que están dispuestos a morir pueden perder la vida; los que quieren preservar la vida pueden ser apresados; los que son proclives a la ira pueden ser ridiculizados; los muy puritanos pueden ser deshonrados; los emocionales pueden ser turbados.
Es decir, lo mejor es ser natural, evitando exagerar, vociferar y atribuirse méritos inexistentes.
Capítulos 9, 10 y 11. La maniobras militares y terreno.
La entrevista puede ser en las oficinas de la empresa, en una sucursal o incluso en algún hotel o centro de convenciones. Esto último no es sinónimo de “empresa rara y sospechosa”. Muchas compañías citan a sus candidatos de una determinada ciudad cuando el entrevistador está de visita en ella por otros motivos. De todas formas ya habremos recabado información suficiente de la empresa para sospechar o no de algún timo.
Capítulo 12. Ataque mediante fuego.
Esto nos lo saltamos ¿No? Además ya no se puede fumar en los lugares de trabajo, hoteles y bares así que no es necesario que prevea que el entrevistador sea fumador y llevemos un encendedor para ofrecerle fuego cortésmente como antaño, sobre todo si el entrevistador es mujer. (Esto lo leí en un artículo de la revista Men’s Health sobre consejos para agradar a las mujeres)
Capítulo 13. Utilización de espías.
Existen cinco clases de espías: el espía nativo, el espía interno, el doble agente, el espía liquidable y el espía flotante. Cuando están activos todos ellos, nadie conoce sus rutas: a esto se le llama genio organizativo, y se aplica al gobernante.
Todo esto ya lo he previsto. En nuestro tiempo no son necesarios todos los espías propuestos por Sun Tzu. Buscaremos y rebuscaremos información sobre la empresa y sobre el entrevistador. Para eso sirve LinkedIn, Google y nuestros conocidos. Esto no nos evitará meternos en algún tinglado piramidal pero reducirá las posibilidades. Algo a tener en cuenta es que mucha gente falsea o oculta por razones de intimidad, sus perfiles de las redes sociales, así que no estaremos exentos de riesgo.
Corolario.
No creo haber obtenido del Arte de la guerra ningún conocimiento sobre entrevistas de trabajo que ya no intuyera aunque reconozco que me ha servido de confirmación. En fin, lo mejor es seguir buscando en internet consejos y recomendaciones para entrevistas de trabajo.
David, querido amigo David (sí sí, tu mismo!!!)…
Ni falta que te diga lo fiel que soy a tus entradas, es ya lugar común en nuestra relación blogueroXseguidora… Me ha encantado el Arte de la Guerra y me alegro que alguien más lo tenga leído (a veces me siento así como medio singular…). Muy útil también (y lo recomiendo aún que me da que ya lo tienes más que leído) El Príncipe (de muy buena aplicación, según entiendo, durante la vida laboral, que espero reanudes en breve)….
Aparte orgías literarias, te deseo la suerte pertinente, o sea, que todo vaya por el mejor, o sea para que te comas el mundo y el puesto de trabajo…
Ya nos contarás como te va…
Saludos y besos…
Querida Adriana:
Gracias por tus ánimos. Temo que esta supuesta oportunidad laboral sea una trampa comercial. Pero voy a ir porque tengo la necesidad de recuperar el tiempo que perdí en la Galera y estoy dispuesto a asumir cualquier aventura y cualquier riesgo. Nada tengo, nada temo. Prometo contar todo lo que ocurra con el único talento que me reconozco: el de reírme sin rubor de mí mismo.
Por cierto, yo no veo nuestra relación como bloguero / seguidora sino como amigos eternos.
Un abrazo.