Somos ganado cultural

PawnStars

Estar en el paro es estar preocupado. Estar preocupado es dormir poco. Dormir poco lleva a ver mucho la televisión. Ver mucho la televisión actual da una idea general de como se nos ve a los ciudadanos por parte de… bueno, no sé por parte de quién, pero de alguien que ya ni siquiera nos respeta. Podría pensarse que tras agotarnos en empleos extenuantes y mal pagados se nos retiene en casa con el entretenimiento inmediato y barato de la televisión. Pero ya no es así, ese alguien ya ni se preocupa de seleccionar como entretenernos, de ofrecernos un entretenimiento digno, puede que en los Estados Unidos sí , pero en España…

Cuando miro la televisión me siento como ganado al que se alimenta con cualquier cosa. Me siento como ganado cultural. Somos reses que pertenecen a un ganadero sin escrúpulos Sólo así puedo explicarme este sentimiento que me deja la programación de algunos canales de televisión.

Por ejemplo. En canales como como Xplora o Energy se vierten programas de dudoso interés disfrazados de documentales. Como el espacio de  la casa de empeños que no está del todo mal para verlo una vez, pero emitirlo una y otra vez en nuestro país, donde ya nadie sabe a ciencia cierta quién fue El Cid, y pretender que entendamos lo trascendente de tener algo firmado por John Hancock , es a mi juicio, emitir cualquier cosa, porque nos lo vamos a tragar sin más.

Este tipo de programas se hacen para entretener a los ciudadanos norteamericanos y después se reutilizan para alimentar al ganado de países como el nuestro; que si los los buscadores de tesoros, que sí los que compran trasteros o que sí los que tienen otra casa de empeños pero en un barrio chungo y todo es más peligroso. Las casas de empeño españolas están llenas de ordenadores obsoletos y de películas pornográficas. No encontraremos en ellas ningún Picasso, ningún botón del abrigo de George Washington ni ninguna motocicleta Saroléa.  Es entretenimiento para los americanos y pienso de mala calidad para nosotros. No sabemos que Roger de Flor fue nombrado Cesar del Imperio Romano de Oriente, pero gracias a estos programas sabemos que Paul Revere hacía unas cucharas muy bonitas. Roger de Flor tiene una calle en Barcelona pero ¿Quién coño fue Paul Revere?

Por si fuera poco además de pienso contaminado se nos puede dar pienso tóxico del tipo de “Los cazadores del pantano”. En este programa unos pueblerinos endogámicos y desdentados, exterminan con saña a los caimanes de no sé que manglar. La violencia y el sadismo de este espacio han hecho que sienta ternura por los cocodrilos y en general por cualquier saurio u ofidio por peligroso o constrictor que sea. Que un programa esté ambientado en un lugar salvaje y recóndito no lo convierte en un episodio del Hombre y La Tierra. Es una porquería pensada para espectadores consumidores de porquería. Me imagino a quién lo programó:

– Hay que llenar un par de horas de la tarde ¿alguien tiene algo?

– Ha llegado un programa donde unos tarados cazan en un barrizal por dinero.

– ¿No será muy fuerte eso de matar animales?

– Matan caimanes, creo. A nadie le afecta la muerte de bichos escamosos.

– En ese caso, vale.

El pienso televisivo que se nos echa al ganado cultural que formamos en este país no sólo se sirve en canales temáticos de escasa audiencia y en forma de programas de contenido alejado de nuestra realidad cultural y social. Las grandes cadenas nos obsequian con la repetición de episodios o capítulos de series norteamericanas sin molestarse en buscar soluciones de continuidad. En pocas semanas el peinado de Teresa Lisbon se adapta a las distintas modas con la rapidez con la que Temperance Brennan despide y recontrata al mismo adjunto. Repetir una y otra vez y en periodos tan cortos de tiempo los mismos episodios no es multidifusión, es desidia, es falta de respeto, es emitir por emitir, porque cualquier cosa vale para tener al ganado cultural saciado.

Pero no podemos quejarnos tampoco de que se nos trate como a ganado. Innovamos poco, inventamos poco. Nuestra producción local de pienso no da para saciar a tanta res extenuada por el trabajo. Se limita programas de cotilleos, de videncia o de juegos de azar, llamar a un casino televisivo “ganing” lo dice todo, ni siquiera el idioma nos sirve para crear una marca. Es pienso de tan mala calidad que algunas cabezas de ganado no estamos dispuestas a consumirlo. Por eso hay que importar alimento de fuera, del mayor productor, de los Estado Unidos. Quizás es  por eso que las autoridades norteamericanas presionan para que nuestro gobierno endurezca las leyes de protección de derechos de autor. Son sus derechos los que hay que proteger, nosotros apenas sí producimos nada que merezca la pena piratear.

El ganadero nos alimenta con pienso de mala calidad, con programación televisiva hecha con desgana, porque no espera ninguna reacción, ninguna protesta. Que la esposa de Ned Flanders muera y resucite periódicamente o que Tabatha Coffey salve la misma peluquería canina tres veces al mes, no nos aparte de la televisión tal vez indique al ganadero que ni la corrupción política ni la reforma laboral ni la privatización del sector público lo hará.

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Publicado por David

La cosa esta muy mal

3 comentarios sobre “Somos ganado cultural

  1. Yo estoy enganchada a «Tu casa a juicio», Love it or List it en versión original, mucho mejor título que el facilón y sobadísimo «a juicio», coletilla que le ponen a todos los programas de Divinity. Incluso en ese aspecto se detecta la falta de interés, imaginación y desgana hacia el ganado de los programadores televisivos. Estoy contigo al 100% 🙂

  2. Yo no sólo reconozco como uso este tipo de programas para acelerar el sopor que el potaje de garbanzos de mi madre me induce sino que también confieso haberme divertido con las ocurrencias de Chumlee que en cierto modo está más próximo a mi realidad social que todo el plantel de Sálvame y cosas así.

  3. La gente alucina cuando les digo que en casa el viento nos derribó la antena hará como seis o siete años, y que no la hemos vuelto a poner ni la hemos echado de menos. Ahora en casa vemos verdadera televisión a la carta, si entiendes lo que quiero decir…

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